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Yo escribo para que el niño siga siendo niño, y juegue y se divierta, para que el deseo de vivir no se pierda, para que la bondad y la belleza sean las metas de la aspiración humana, para que el amor prevalezca sobre todos los sentimientos, para que el hombre sea libre.Escribo para dejar constancia de mi paso por la tierra y afirmar que merece la pena haber nacido, para contar mis penas y alegrías, para hablar de todo aquello que me asombra y seduce, para que nada caiga en el olvido.No quiero pensar en un ser manipulado por la ciencia, insensible a su entorno, un conejillo de indias al servicio de un mundo sin principios.No quiero ser el hombre que no se conmueve ante una tragedia, que no llore el vacío de una ausencia, que no ansíe el encuentro de un amor verdadero.Yo quiero ser el hombre que disfrute observando el vuelo de las aves o escuchando sus trinos, que se emocione ante una puesta de sol, que no pasee ajeno al perfume de las flores.El día que no vibre con una bella melodía, que contemple el paisaje indiferente, que no aprecie una buena compañía, seré un objeto más, la triste historia de un ser desconocido.Si me quitan los sueños, ¿qué me queda? Escribo poesía para que el hombre siga siendo él mismo, mientras viva.