«Bolso, pintalabios y la luna» pretende interpretar a las mujeres y a los hombres de la actualidad. En este momento el hombre es pasivo y la mujer activa, pero ambos se hallan inmersos en un proceso de transformación para el que se conoce su meta: la pluralidad. El poemario comienza con las experiencias de los varones para continuar con personajes femeninos que nos relatan el mundo en el que existen. Se trata de un conjunto de textos que investiga nuevas formas de expresión a la vez que trata un tema íntimo como son las relaciones sentimentales. El riesgo literario se asume desde el principio con el objetivo de hallar una estética personal. Se trata de una reflexión en la que se describen nuevos roles entre los dos sexos que se han ido desvelando desde la década de los ochenta.