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La carretera nos ofrece, cada tanto,bifurcaciones y salidas, así como entradas y recaídas. Podría decir que en abril me sentía en las nubes, para estar en el barro de la culpa una vez más en julio. Esa es la vida. Es para los que desean y siguen sus deseos por caminos sinuosos, misteriosos. El arte es sin duda, al menos para mí, el lenguaje de estos deseos y las prefiguraciones del misterio. Imagina recorrer la carretera salvaje con tan solo la luz que los faros emiten deseando reflejarse contra lo que sea en una manifestación conmovedoramente prometeica.