Este relato nos desvela las vivencias de una joven veinteañera de Panamá, mientras intenta atravesar la vida en medio del peor año de la pandemia de COVID-19, el 2020. Como en un diario, nos cuenta el proceso emocional que vivió bajo el lente de su propia perspectiva, pero también habla de su visión del desarrollo de los acontecimientos más importantes de la pandemia, tanto en el mundo como en su propio país.La narradora busca mantener un tono positivo a lo largo del relato de los tristes hechos y da cuenta de su desarrollo humano, que solo hubiese sido posible en esas circunstancias tan adversas. Desde el primer momento, con el encierro y la búsqueda por aclimatarse a tan brusco cambio, hasta el final del año, con la reapertura casi total de la economía, pasando por una crisis muy aguda. La búsqueda de un halo de positividad entre tanta desgracia es la parte más humana que encontramos y el punto de empatía al que apunta un relato que, al fin y al cabo, son las memorias de la autora, como también las memorias de quienes vivimos la pandemia.